En
este apartado se brindará una definición genérica de los denominados estudios
del futuro. Estos constituyen un tipo de investigación especial mente creativa,
orientada a la exploración del porvenir, con el objeto de proporcionar información
relevante, en una perspectiva a muy largo plazo que permite apoyar la toma de
decisiones.
Su
propósito es apoyar a los tomadores de decisiones para que elijan adecuadamente
en función de sus objetivos y valores de entre una serie de opciones, promoviendo
una fuerte sensibilidad hacia el futuro, considerando las alternativas posibles
y las consecuencias probables de un determinado curso de acción.
Dichos
estudios parten del supuesto de que el futuro no se descubre, pero si se diseña,
y de que el porvenir del hombre depende de una amalgama de decisiones
presentes, previas a los hechos.
En
el fondo, como categoría mental, el futuro solo existe imaginativamente en el
presente. Es un ámbito abierto al devenir y creatividad humana. Para el hombre,
como "ser actuante", el futuro es el campo de la libertad y de la
voluntad; como "ser pensante", el futuro será siempre el ámbito de la
incertidumbre; y como "ser sensible", el futuro se enmarca en los
deseos y aprehensiones.
Decoufle por su parte señala seis maneras
principales de expresar algo sobre el futuro, de acuerdo con tres acepciones
distintas: destino, porvenir y devenir.
Como
destino, el futuro es objeto del
discurso del descubrimiento. Aquí se ubican la adivinación el descubrimiento
de la suerte de un individuo y la profecía, referida al destino de una
ciudad o de una cultura determinada.
Si
se considera el futuro como porvenir,
es decir como el conjunto de estados posibles de la naturaleza a un plazo más o
menos lejano, el futuro será objeto del discurso de la descripción imaginaria,
encontrándose en el ámbito de la utopía o de la ciencia ficción.
Por
último, si se le concibe como devenir,
esto es como proceso histórico, el futuro es objeto del discurso de la acción;
estaríamos entonces ante la futurología y la prospectiva. Sin embargo,
mientras que el producto de la futurología es la predicción, en la prospectiva
se trabaja con conjeturas.
Es
preciso anotar que en los estudios del futuro se encuentran involucrados
diversos conceptos: prospectiva, pronostico, proyección, predicción, previsión
y proferencia. Es cierto que para algunos autores no existe diferencia alguna
entre estas vías de aproximación; sin embargo, para otros la distinción es muy
clara. A continuación se describirán somera mente algunas posturas al respecto.
a) Proferencia.
Merello,
investigador argentino, agrupa bajo esta denominación a una serie de técnicas
para acceder al futuro con base en la experiencia. Es decir, se fundamenta en
el pasado para construir el futuro. Este grupo abarca proyecciones y extrapolaciones.
El investigador afirma además que los recursos empleados por la proferencia se
basan siempre en un antecedente, para de ahí deducir un consecuente, lo cual
califica como "seguir viendo el futuro con ojos nutridos por la
experiencia presente".
b) Prospectiva.
A
diferencia de la anterior, esta consiste en atraer y concentrar la atención
sobre el porvenir imaginándolo a partir del futuro y no del presente. La
prospectiva no busca adivinar el futuro, sino que pretende construirlo. Así,
anticipa la configuración de un futuro deseable; luego, desde ese futuro
imaginado, reflexiona sobre el presente con el fin de insertarse mejor en la situación
real, para actuar más eficazmente y orientar nuestro desenvolvimiento hacia ese
futuro objetivado como deseable. La prospectiva se propone entonces hacer el
futuro deseable, más probable que los otros, trascendiéndolo exclusivamente posible,
pero sin dejar de incorporarlo también.
En
metodología prospectiva, el futuro es como una "torre o atalaya" que
se sitúa más allá de el para observar a distancia la realidad y actuar mejor
sobre ella".
La
prospectiva se interesa especialmente en la evolución, el cambio y la dinámica
de los sistemas sociales. Básicamente se relaciona con "generar visiones
alternativas de futuros deseados, hacer explícitos escenarios factibles y
establecer los valores y reglas de decisión para seleccionar y alcanzar futuros
más deseables". Entre sus características principales se encuentran: la visión
holística, la consideración de variables cualitativas, las relaciones dinámicas,
creatividad y participación, a más de su actitud activa hacia el porvenir.
c) Predicción.
Schwarz,
Svedin y Wittrock, investigadores suecos, señalan que la predicción se basa en
teorías determinísticas y presenta enunciados no sujetos a controversias que intentan
ser exactos respecto a lo que suceden en el futuro. Emplea tanto la lógica
científica deductiva e inductiva, como el conocimiento tácito o el sentido común.
Contrariamente a las proyecciones, en las que no se requiere de reflejar las relaciones
causales, en las predicciones, dado que se posee una hipótesis y el informe de
las condiciones iniciales, necesitan explicarse las razones o causas del comportamiento
de un determinado evento. Si se predice algo se puede decir el porqué.
Algunos
autores establecen una relación entre la predicción y la prospectiva, afirmando
que la primera es una guía para la acción y forma parte de la segunda. En este
mismo sentido, Merello sostiene que la predicción implica únicamente
desentrañar el porvenir. Cabe decir que el hombre ha empleado hasta ahora tres
tipos de sistemas de predicción: mágicos, intuitivos y racionales.
d) Previsión.
Esta
aproximación pretende dar una idea de los sucesos probables a los cuales será
preciso adaptarse, conduciendo a decisiones inmediatamente ejecutables. Por su
parte, Decoufle considera la previsión en su sentido más general y vasto, ya
que en ella se encuentran inmersas tanto la adivinación, profecía, utopía y
ciencia ficción, como la prospectiva y futurología, las cuales se diferencian
fundamentalmente par la forma de concebir el futuro.
Adip
Sabag en su trabajo "Prospectiva: Ideología y Practica", menciona que
la prospectiva y la previsión son total mente diferentes ya que esta última
consiste en "intentar descubrir un futuro probable" mientras que la
prospectiva trata de lo posible y deseable.
e) Pronostico.
Se
refiere a un enunciado condicionado, esto es, al desarrollo de eventos futuros generalmente
probables. Para Johnston, el pronóstico representa juicios razonados sobre algún
resultado particular, que se cree el más adecuado para servir como base de un
programa de acción.
Así,
pueden encontrarse pronósticos de carácter normativo o exploratorio. Aquí
entramos a un terreno polémico, ya que para algunos autores un pronóstico de carácter
normativo puede ser considerado como prospectiva, en vista de que parte de un
diseño o postulado de una situación futura, y trabaja retrocediendo para derivar
rutas factibles para la transición del presente al futuro. Sin embargo, las
relaciones y los enfoques inmersos en cada una de ellas, son totalmente
diferentes.
f) Proyección.
Las
proyecciones y los pronósticos son las vías de aproximación al futuro más
conocidas y manejadas por la gente. La proyección brinda información sobre la
trayectoria de un evento ofreciendo una serie de alternativas a considerar,
sean estas deseables o indeseables. Da una imagen del futuro asumiendo la continuación
del patrón histórico de las tendencias actuales y pasadas. Sachs, autor de la
obra "Diseño de un futuro para el futuro", enfatiza en este sentido
que la proyección constituye una ayuda para la crítica del presente ya que
amplifica las contradicciones que existen en el aquí y ahora.
Tipos de Futuro
Considerando
el objetivo de este trabajo y el esfuerzo de síntesis que implica, ha sido
preciso dejar de lado numerosas y ricas interpretaciones sobre los campos del
futuro, para abocarse exclusivamente al fundamento básico de cada uno de ellos
y su relación con las alternativas descritas.
Primero,
el "futuro deseable" es, en síntesis, la expresión de un estado de
cosas que se ambicionan porque reflejan nuestras aspiraciones y valores. Es ese
conjunto de aspectos específicos, que hacen apetecible una configuración
futura, digna de perseguirse hasta conquistarse. Este futuro brinda entonces
una guía de elección bajo la cual son manejados, explicita o implícitamente los
valores.
Por
otra parte, lo que se denomina "futuro probable" denota acontecimientos
que pueden suceder; es decir, aquello sobre lo que existen razones
aparentemente suficientes fundamentadas en el pasado y presente para creer que
determinados eventos se presentaran en el futuro. Conlleva entonces una especie
de sistematización y evaluación.
Finalmente,
el "futuro posible" involucra la acción y el esfuerzo, es así un
dictamen de viabilidad que afirma que contamos con el poder suficiente para
llevar a cabo aquello que ambicionamos; que esta al alcance de nuestros
conocimientos, o bien que tenemos el manejo de los elementos fundamentales, los
cuales diestramente orquestados darán como resultado el logro de la imagen
propuesta. Merello afirma que el estado de "lo posible" debe hacerse
en función de realizar "lo deseable".
Elementos del
estudio
a) Visión Holística.
Al reflexionar e imaginar el futuro que se desea, contrastarlo con el presente y
perfilar estrategias para alcanzarlo, necesariamente se debe enfocar la atención
tanto hacia un conjunto muy definido y a las partes
b) Creatividad.
E.
Rausepp, autor de diversas obras y estudios sobre el tema, expresa que "la
única manera de sobrevivir en un mundo golpeado por el cambio es a través de la
creación y de la innovación". Asimismo, sobre la creatividad, Tyger
afirma: "a menudo los descubrimientos se realizan por no seguir
instrucciones, por salirse de la carretera, por ensayar lo no ensayado".
El imaginar el futuro desde el futuro en prospectiva, ¿no es acaso salirse de
la carretera o ensayar lo no ensayado? Si la prospectiva mantiene como propósitos
tanto el diseño del "mañana" como la selección de instrumentos que
permitan construirlo y alcanzarlo, requiere necesariamente de la creación y de
la innovación, es decir, de la creatividad.
c) Participación y Cohesión.
Con
estos elementos, en prospectiva se intenta alcanzar un consenso, o al menos un
compromiso, entre los actores sociales. Con la participación se promueve el
intercambio de ideas creándose la oportunidad para solucionar conflictos y corregir
interpretaciones erróneas entre las partes involucradas. Algunos autores
expresan que las personas que discuten sobre aspectos normativos, íntimamente relacionados
con la prospectiva, tienen mayores probabilidades de alcanzar el consenso que
aquellas que se ubican en asuntos de carácter táctico. Por lo general la gente
presenta un mayor y más fácil acuerdo sobre los fines que sobre los medios.
d) Preminencia del
proceso sobre el producto.
Cuando
se habla de estudios del futuro, subsisten implícitamente las ideas de
exactitud y precisión de las imágenes que se diseñan o de los pronósticos que
se llevan a cabo. A partir de estas dos premisas se califican los resultados
como exitosos o deficientes. Esta actitud explícita o implícitamente comprometida
con el producto, ha dejado de lado numerosas aportaciones, fundamentalmente en
el campo de la prospectiva. Esto subsiste por la prioridad que se ha venido
otorgando, en otras áreas de conocimiento, al logro exacto de los propósitos, a
su cuantificación y al convencimiento de que solo lo mensurable vale la pena.
e) Convergencia Divergencia.
Tratase
de un proceso cíclico y permanente que bien puede comenzar con el esfuerzo por
elaborar las primeras imágenes del futuro. El diseño del futuro brinda la oportunidad
para que quienes sostienen valores diferentes, discutan sus respectivos puntos
de vista (divergencia). Sin embargo, ya al optar por un determinado escenario
normativo, se requiere del acuerdo en el nivel estratégico de los ideales
(convergencia). La convergencia divergencia constituye un proceso iterativo en prospectiva.
j) Finalidad
constructora.
Como
se ha venido insistiendo, la prospectiva no radica exclusivamente en imaginar
futuros deseables y posibles. Va mucho más allá; rebasa los estudios de
naturaleza proyectiva para constituirse en vía constructora del futuro. Los
primeros son estáticos, parten del presente para contestar a la pregunta ¿qué sucederá?
En contraste, la prospectiva viene del futuro, se encuentra vinculada a
aspectos normativos y a una concepción y conciencia del cambio a enfrentar
constantemente. En las ultimas décadas ha surgido en los campos científicos un
movimiento de anticipación que puede ser definido como el esfuerzo de hacer
probable el futuro más deseable. Esto es la prospectiva; la actitud de la mente
hacia la problemática del porvenir.
Bibliografía
Planeación Prospectiva (2007) “Una estrategia para el
diseño del futuro” Editorial Limusa, Tomás Miklos, Ma. Elena Tello, México.